viernes, 20 de enero de 2012

El sectarismo

  Desde hace semanas vengo observando una cosa curiosa en España, que es la falta de criterio y objetividad en las opiniones de muchos medios a la hora de analizar las actuaciones de los Gobiernos de turno. De ahí que adquiera máxima importancia leer medios de ambos bandos, contrastar informaciones, y formarse uno su propia opinión. En el artículo de opinión de Manuel Llamas esto queda claramente reflejado con el ejemplo que allí se expone.
  A mí este sectarismo, y la habilidad de ver la paja en el ojo del vecino, sin ver la viga en el propio, cada vez me tiene más harta. Ojalá pudiéramos evolucionar hacia un escenario en el que se reconozcan por unos y otros las buenas cosas que TODOS los Gobiernos hacen, y también se señalen sin discusiones los errores que TODOS los Gobiernos, sean del color que sean, cometen.
  Mientras tanto, no me quedará más remedio que leer las noticias por duplicado o cuatriplicado, y si me cabreo mucho por las tonterías que leo, mejor será que respire hondo, cuente hasta diez, y pase a otra cosa, mariposa.

jueves, 12 de enero de 2012

A ver si el nuevo Gobierno nos saca de la crisis

  Hace tan sólo dos semanas que volví a España. En estas dos semanas la frase que más escucho en la calle, a mis amigos, a mis vecinos, y a caras anónimas con las que me cruzo a diario, es ésta precisamente: "A ver si el nuevo Gobierno nos saca de la crisis." Y estoy más que harta. No de la frase en sí, sino de la mentalidad que va detrás de susodichas palabras. Lo que yo leo entre líneas cada vez que escucho estas palabras es lo siguiente: "Está cayendo una tremenda, yo las estoy pasando canutas, bien porque ya no tengo trabajo, o porque el que tengo pende de un hilo, pero en vez de tomar las riendas de mi destino y hacer algo para solucionar mi problema, voy a esperar a que venga otro a arreglármelo."
  Me harta, y me entristece muchísimo, ese aborregamiento de muchos españoles. ¿No se darán cuenta de que no pueden depender de nadie, mucho menos de un político que sólo sabe lo que es la crisis por lo que cuentan los periódicos, para resolver su problema particular?. El número de parados sigue ascendiendo, el número de autónomos que cesan su actividad no para de subir, cada vez son más las empresas que cierran sus puertas... Y todos se quedan en sus casas, mirando esperanzados la televisión cada vez que el Gobierno anuncia alguna medida de corte económico, porque seguro que ésa es la definitiva que nos sacará de la crisis, que les devolverá el puesto de trabajo, y los ingresos recurrentes a fin de mes.
  A todos aquellos que esperan que el nuevo Gobierno resuelva el problema me encantaría decirles que se equivocan. Que realmente saldremos de la crisis gracias al esfuerzo individual de aquellos que no se quedan en casa disfrutando gratamente de sus dos años de paro hasta que pase lo peor. Que saldremos de la crisis gracias a ese parado que hizo de la búsqueda de empleo su trabajo, y se dedicó horas y horas a llamar a puertas hasta que alguien decidió apostar por él en su empresa. Que saldremos de ésta gracias a que otros muchos vieron una oportunidad en la pérdida de empleo para iniciar su pequeñito proyecto empresarial, y gracias a su trabajo y esfuerzo, tendrán éxito. Que veremos tiempos mejores gracias a ése empresario que hoy no duerme por la noche pensando en cómo mantener a flote su empresa, aguantando con sus trabajadores, pese a que lo tiene todo en contra. 
  Señores míos, el Gobierno no nos va a sacar de la crisis. Como mucho, gracias a las medidas que está aprobando, se creará un clima económico que propicie que todos los emprendedores, empresarios, y trabajadores que realmente saben lo que significa la palabra trabajo, comiencen a crear riqueza suficiente como para poner la máquina en marcha, y que el tren de la sana economía siga su trayecto. Entonces el que se quedó arrodillado en su casa rezando todos los santos para que no le quitaran la ayuda de 420€ al mes ("Virgencita, que no me la quiten, que si no, aunque esté más sano que un roble y pueda trabajar en muchas cosas, a ver de qué voy a comer"), aprovechará y se subirá a los vagones de cola. 
  Desde aquí quiero dar las gracias y animar a esas honrosas excepciones que saben que ni el Gobierno, ni su vecino, ni San Pitopato les sacarán de la crisis. Gracias a su afán de lucha, a su negación a rendirse, a su ilusión por crearse un futuro mejor, mi querida España saldrá de ésta. 
  Mientras tanto, tendré que hacerme a la idea de que seguiré escuchando la frasecita de la que estoy más que harta por doquier, y seguiré llegando a mi casa profundamente apenada al ver cuánta gente vive en una mentira. ¡Pero qué triste, dios mío, qué triste!.
  

viernes, 6 de enero de 2012

Y a tu edad...

  Hace apenas una semana que regresé a España después de una temporada en los USA. Y cuando una está ausente, pues ya se sabe, todo el mundo está deseando verte, que les pongas al día de tus aventuras y desventuras en otro país, y en definitiva, darle al cotilleo, hobby por excelencia en esta nuestra madre patria. 
  Ese súbito interés por parte de todos lo voy llevando bastante bien, habida cuenta de que soy una persona más bien discreta, que no le gusta ser el centro de atención bajo ninguna circunstancia. 
  Lo que llevo mal, realmente mal, y me tiene harta, es el momento de hablar de mi futuro profesional. Antes o después, en todas las conversaciones que mantengo, surge el tema. Y día sí, día también, me encuentro con el "optimista" de turno, que me suelta algo así como: "Y ahora que ya estás aquí, empezarás a buscar trabajo, ¿no?. Pues con lo bien que está el país, y a tu edad... Bueno, espero que tengas suerte." En ese momento lo veo todo rojo, tengo que respirar hondo, contar hasta diez, y con sonrisa de circunstancias contestar alguna chorrada oportuna, sin ofender al personal, claro. 
 Primero, estoy harta de ser excesivamente amable. Que me acaban de soltar una barbaridad como la copa de un pino, y, aún así, el o la imprudente se van de rositas. De esto la culpa la tienen mis padres, que desde bien pequeña me educaron (bajo la amenaza del consiguiente capón o colleja si no seguía sus santos preceptos) para contestar con amabilidad a toda persona que se dirigiera a mí en cotidiana conversación. Eso queda en el subconsciente, y así se explica que siga contestando amablemente a quien no se lo merece.
  Segundo, estoy harta de la mentalidad cateta de esos que piensan que a mis 34 años ya soy mayor para el mercado de trabajo. Soy una profesional cualificada, con una cantidad de cualidades que si se las nombrara al autor de semejante comentario ni siquiera sabría  lo que significan. Y si por casualidad descartaran mi candidatura en algún proceso de selección sólo por la edad, ten por seguro que esa no es la empresa en la que yo quisiera trabajar. Que aquí hay mucho que se llena la boca con eso de que en su empresa siguen una política excelente de captación y retención del talento, pero en muchos casos que conozco, no sabrían reconocer a un buen profesional ni aunque se tatuara "Soy buen profesional" en la frente en fucsia y verde fosforito. Que nadie se preocupe, que a mi "avanzada" edad mi futuro laboral es excepcional, y no tengo miedo ninguno a quedarme en el paro dependiendo de la ayuda de 420€ hasta que el gobierno decida recortarla.
  En fin, que sólo de pensarlo me enciendo. Mejor me voy relajando, y me quedo con eso que se suele decir de que "El que ríe el último, ríe mejor." Ya me estoy regodeando en la cara de lel@ que algun@ va a poner no a mucho tardar, muahahahahaha.